Tras la pandemia, no solo se revolucionó la forma de comunicarnos y convivir, sino que también la de cómo trabajábamos. Y así llegó el teletrabajo a nuestras vidas, emergiendo como la potencial solución para la continuación de la actividad laboral del país entero. Ahora bien, más allá de todas las comodidades y la amada flexibilidad que ofrece, el home office es también un súper e inesperado aliado para la salud de nuestro planeta. Ya, pero… ¿cómo es posible que trabajar desde la casa pueda tener un impacto medioambiental positivo? Descubrámoslo juntos:
Reducción en emisiones de carbono:
Solo el desplazamiento diario al trabajo conlleva un considerable gasto de energía y emisiones de carbono. Al optar por el teletrabajo, se reduce significativamente la necesidad de desplazamientos en automóviles o transporte público. Menos vehículos en las carreteras se traducen en una disminución directa de las emisiones contaminantes.
Menor consumo energético:
Las oficinas consumen grandes cantidades de energía para iluminación, calefacción, refrigeración y equipos electrónicos. Trabajar en nuestras casitas permite un mayor control sobre el uso de la energía, con la posibilidad de utilizar fuentes más sostenibles y eficientes.
Menos residuos y consumo de papel:
Aún existen empresas que tienen una obsesión con el uso excesivo del papel en lugar de dar preferencia al formato digital. Sin embargo, con la arremetida del teletrabajo, se ha acelerado el declive de esta práctica. Documentos electrónicos, videoconferencias y todas las herramientas digitales habidas y por haber han reemplazado los informes impresos y las interminables actas de las reuniones presenciales, disminuyendo considerablemente la generación de residuos.
Conservación del agua:
Al no requerir la operación constante de grandes instalaciones de oficinas, el teletrabajo también contribuye a la conservación del agua. Menos edificaciones corporativas implican menos necesidad de mantenimiento, limpieza y suministro de agua para baños y cocinas.
Impacto positivo en la biodiversidad:
Aunque no lo creas, dado que los resultados han sido favorables para aquellas corporaciones que optaron por esta metodología de trabajo, se ha replanteado la idea de que la expansión urbana y la construcción de nuevas y más oficinas es una necesidad para la Industria. Así, se contribuye con la preservación de los espacios naturales, ayudando a mantener los hábitats naturales y apoyando a la biodiversidad al disminuir la presión sobre los ecosistemas locales.
Fomento de Estilos de Vida Sostenibles:
El teletrabajo no solo transforma el modo en que trabajamos, sino que también influye en nuestro estilo de vida. Al estar en casa, se promueve el uso de productos locales y la adopción de prácticas más sostenibles en la vida cotidiana. Sí, es cierto que la transformación requiere tiempo, y estando en casa es mucho más fácil dedicar unos minutos, por ejemplo, al cultivo de nuestras propias hortalizas o al lavado de recipientes que se pueden reciclar.
En suma, el teletrabajo, más allá de sus beneficios evidentes para la productividad y el bienestar, ha emergido como una poderosísima herramienta en la lucha contra el cambio climático y la degradación medioambiental. A medida que adoptamos modelos más flexibles de trabajo, contribuimos directamente a la creación de un futuro más sostenible y resiliente para todos.
Escrito por: Katherine Hernández Gaete
Ilustraciones por: Valentina Núñez Grandón